A King’s Radical Legacy :: El legado radical de Martin Luther King

By Madison Ashley

Causa Justa and hundreds of community members–from young children to seniors– took to the streets of downtown Oakland Jan. 15, to reclaim the radical legacy of Dr. Martin Luther King Jr through marching, dance, art, and displays of solidarity.

King, who launched a Poor People’s Campaign and sought to end the Vietnam War was largely isolated by his closest supporters towards the end of his life after taking on capitalism and the war.

Almost all speakers took the opportunity to call out the administration’s first year agenda of hatred, bigotry, and white supremacy, while rebutting the whitewashed, textbook legacy of MLK as a pacifist.

“They wouldn’t have killed him if he was a good Negro,” Anti Police Terror Project (APTP) organizer Cat Brooks said. “They let the good Negros live. They let the good Negros go on and take political office. They let the good Negros be up in the White House. [MLK] wasn’t a good Negro – he was a warrior and a revolutionary.”

Oakland Pastor Janelle echoed this in her own reflection.

“We are here refusing to whitewash King’s stance against militancy and white supremacy. If you are not about the business of liberation, you are complicit in the continuance of repression.”

Photo: Brooke Anderson, www.facebook.com/movementphotographer/

Organized by the ATPT and partners including Third World Resistance, Hands off Sacred Lands, and Black Lives Matter, the 4th Annual March was the culmination of 96 hours of direct action in Oakland over the course of the MLK weekend.

Action participants centered on the housing crisis, staging a sit-in at Oakland Mayor Libby Schaaf’s house and holding an Ohlone prayer ceremony to protest proposed commercial development on a sacred shellmound in West Berkeley.

This year’s March highlighted noncompliance and the urgency of grounding international solidarity efforts with localized action. To this end, speakers invoked people powered movements in the Philippines, Palestine, Haiti and elsewhere, emphasizing the many struggles and aims– around housing, incarceration, racism, and surveillance in particular, shared across state borders.

“One of the things I thought was powerful was how the organizers and marchers visibilized spiritual practices and incorporated that into the conversations around anti-Black and Brown racism, King’s legacy and the fight that’s ahead with the Trump administration. Folks talked about and demonstrated the power of transnational politics through movement, dance, language justice and chanting,” said CJJC housing rights organizer Amber Butts.

The rally began with a grounding Azteca dance ceremony and prayer offered by Corrina Gould, (Chochenyo and Kerkin Ohlone) who emphasized the importance of decolonizing the resistance movement by imbuing it with spirituality, particularly practices that reflect the sacred, indigenous ground on which the ceremony was taking place.

The march moved from Oscar Grant Plaza through the streets of downtown Oakland, with marchers stopping at designated points along the route to highlight particular systemic injustices, including police brutality and Black displacement. Passing the Glenn Dyer Detention Facility, APTP organizers and supporters called out the abuses by the Oakland Police Department while voicing solidarity with the MLK Day strike organized by Florida prisoners to protest inhumane living conditions and slave labor in their correctional facility.

Later, approaching the historically Black Acorn neighborhood, organizers called for a moment of silence to honor the deep cultural and political roots of the neighborhood and ongoing attempts by speculators to displace long-time residents. Members of the Thrive Street Choir led the March in a series of call and response hymns. Following the tribute, organizers played Kendrick Lamar’s “We Gonna Be Alright

 

As the second year of the new administration begins, the rally and march served as visible as well as symbolic displays of Black and Brown community power and strength for the fight ahead.

Brooke Anderson photos
Causa Justa photos


El legado radical de Martin Luther King

Por Madison Ashley

Causa Justa y cientos de miembros de la comunidad, desde los niños pequeños hasta los ancianos, se tiraron a las calles del centro de Oakland el 15 de enero para reclamar el legado radical del doctor Martin Luther King, hijo, a través de la marcha, la danza, el arte y las muestras de solidaridad. El doctor King, que lanzó una campaña para los pobres y quiso terminar la guerra en Vietnam se vio bastante aislado por sus partidarios más cercanos hacia el final de su vida después de confrontar el capitalismo y la guerra.

Casi todos los oradores aprovecharon la oportunidad para protestar la agenda del primer año de la administración de odio, intolerancia y supremacía blanca, a la vez que refutaban el legado blanqueado y de libro de texto de Martin Luther King como pacifista.

“No lo hubieran matado si hubiese sido un buen afro-desciendente,” dijo el organizador del Proyecto Antiterrorismo Policiaco (Anti-Police Terror Project – APTP por sus siglas en inglés), Cat Brooks. “Dejaron vivir a los negros buenos. Permiten que los negros buenos avancen y tomen cargos políticos. Dejaron que los negros buenos estuvieran en la Casa Blanca. [Martin Luther King] no era un afro-desciendente bueno, era un guerrero y un revolucionario.”

La pastora Janelle de Oakland se hizo eco de esto en su propia reflexión.

“Estamos aquí negándonos a encubrir y blanquear la postura de King contra la militancia y la supremacía blanca. Si usted no está interesado en el asunto de la liberación, es cómplice en la continuación de la represión.”

Organizado por el (ATPT)  y sus asociados incluyendo Third World Resistance, Hands off Sacred Lands, y Black Lives Matter, la cuarta marcha anual fue la culminación de 96 horas de acción directa en Oakland a lo largo del fin de semana de Martin Luther King. Los participantes en la acción se centraron en la crisis de la vivienda, montando un plantón en la casa de la Alcaldesa de Oakland Libby Schaaf y celebrando una ceremonia de oración Ohlone para protestar por el desarrollo comercial propuesto en el montículo de conchas sagrado en West Berkeley.

La marcha de este año destacó el incumplimiento y la urgencia de cimentar los esfuerzos de solidaridad internacional con acciones localizadas. Con este fin, los oradores invocaron los movimientos impulsados por el pueblo en las Filipinas, Palestina, Haití y otros lugares, haciendo hincapié en las muchas luchas y objetivos: en torno a la vivienda, el encarcelamiento, el racismo y la vigilancia en particular, compartidos a través de las fronteras estatales .

“Una de las cosas que consideré que fue poderosa fue la forma en que los organizadores y los manifestantes hicieron visibles las prácticas espirituales y las incorporaron a las conversaciones en torno al racismo contra los afrodescendientes y los latinos, el legado del doctor King y la lucha que nos espera con la administración de Trump. Folx habló y mostró el poder de la política transnacional a través del movimiento, la danza, la justicia lingüística y el canto,” dijo la organizadora de derechos de vivienda de CJJC, Amber Butts.

La manifestación se inició con una ceremonia azteca para centrarse de danza y oración ofrecida por Corrina Gould (chochenya y Kerkin ohlone) que destacó la importancia de la descolonización del movimiento de resistencia mediante la espiritualidad, sobre todo prácticas que reflejen el suelo sagrado, indígena en el cual la ceremonia se estaba llevando a cabo.

La marcha se trasladó desde la plaza de Oscar Grant a través de las calles del centro de Oakland, con los que marchaban deteniéndose en puntos designados a lo largo de la ruta para destacar injusticias sistémicas particulares, incluyendo la brutalidad policial y el desplazamiento de los afrodescendientes.

Pasando por la instalación de detención de Glenn Dyer, los organizadores del APTP le dieron voz a los abusos por parte del Departamento de Policía de Oakland al tiempo que expresaban su solidaridad con la huelga por el día de Martin Luther King organizada por reclusos de la Florida para protestar contra las condiciones de vida inhumanas y el trabajo esclavo en su institución correccional.

Más tarde, acercándose al barrio históricamente negro de Acorn, los organizadores pidieron un momento de silencio para honrar las profundas raíces culturales y políticas del vecindario y los intentos en curso por parte de especuladores para desplazar a los residentes de mucho tiempo. Tras el homenaje, los organizadores interpretaron “We Gonna Be Alright” de Kendrick Lamar a los vítores de los manifestantes y los miembros del coro Thrive Street dirigieron a la marcha en una serie de himnos de llamado y respuesta.

Fotos de Brooke Anderson
Fotos de CJJC